Rentabilidad en un juego de mesa

He vuelto a oírlo: por veintiséis euros, el juego está muy bien.
Si costara veinte sería soberbio, entiendo. Pero si costara treinta sería aburrido.

Se diría que una parte de los nuevos aficionados al juego de mesa -una parte pequeña pero muy activa en redes sociales- invierte tanto tiempo en hablar del mercado lúdico como en jugar. Alardea de haber conseguido el juego al precio más bajo, como si fuera parte de la afición. Otros preguntan, al encontrarse una oferta, si ahora el juego, por fin, merece la pena. Evidentemente no era un buen juego a su precio original, deduzco.

I

Soy nuevo en la BGG. Empecé al poco de iniciar mi colaboración con Sergio en su canal de Youtube5.

Me gusta porque puedo descubrir títulos de un diseñador concreto, dar con expansiones oscuras y leer reseñas. Hay un montón de ayudas, correcciones, artículos y variantes propuestas por los aficionados y algunos están muy bien.

No sigo mucho el tema de las calificaciones pero he cedido a la tentación y voy dando poco a poco nota a los juegos de mi colección.

Lo que me desconcierta es la necesidad de preciar los juegos en un sistema pseudobursátil que parece haberse impuesto en ése y en otros muchos foros lúdicos.

Aprovecho las ofertas como el que más y, desde luego, prefiero un precio bajo porque no me sobran los billetes4. Tampoco me importa pagar un poco más por unos componentes mejores: hay un mínimo de calidad exigible ynadie quiere cartas blandengues en su juego de elfos oscuros6. Ni en el mus, claro.

II

Como aficionado al wargame, estoy acostumbrado a valorar más el diseño de mecánicas y su traslación a la narrativa en el contexto histórico que estudia que la belleza de los componentes. La investigación necesaria y la elucubración detrás de las reglas justifican, a mi entender, los noventa euros del juego medio. Se invierten muchas horas en crear un juego de guerra y se venden pocas unidades. Asumo un precio alto7.

A cambio, sé que un buen wargame supondrá muchas horas de juego y, en el noventa por ciento de los casos, varias partidas. El ratio euro/hora es altísimo. Y aún más si añadimos la lectura de reglas2 y el estudio de libros y artículos sobre el periodo que abarca nuestra nueva adquisición.

Un buen wargame es una ganga, vamos.

Eso sí: es cierto que tengo juegos que aún no he jugado6. Ahí peco de consumista y de “ansias”. Admitámoslo: soy casi perfecto.

Sólo casi perfecto.

– – –

Notas a lo Vive tu propia desventuraTM:

1. Muchos: ¡el espacio también es un problema grande para mí tras tantos años de colección!
2. Yo sí. Llamadme raro.
3. Pese a que nuestros politiquillos sigan dilapidando nuestro dinero y poniendo en peligro la posibilidad de que pueda retirarme algún día.
4. Por culpa, principalmente de los mismos politiquillos de la Nota 3.
5. Soy el gordito simpático de la sección “Juegos de guerra”.
6. Cof, cof Tyrants of The Underdark, cof, cof qué birria de cartas para un juego bien chulo.
7. Un precio alto no significa «caro», que conste.

2 Comentarios

  1. Que alivio, entonces tengo un ratio euro/hora altisimo, llevo leyendo las reglas una semana del último wargame que compré, ya está casi amortizado….en cuanto coloque el setup rentabilizado.
    ?

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